Después de un típico día de clases, mi joven hermanastra y yo decidimos darle sabor a las cosas en el coche.Siendo el tipo pervertido que soy, no pude resistir la tentación de su cuerpo pequeño y su atractivo juvenil.Mientras nos estacionábamos en una zona apartada, el aire se engrosó con la anticipación.A pesar de tener 18 años, ella sigue siendo muy adolescente, y esta fue su primera vez explorando tal escenario tabú conmigo.Sin embargo, su insaciable curiosidad ganó lo mejor de ella, y antes de darme cuenta, ambos estábamos desnudos en el asiento trasero, nuestros cuerpos se entrelazaron en un abrazo acalorado.La emoción de romper todas las reglas solo alimentó nuestra pasión, haciendo que la experiencia sea aún más emocionante.A medida que nos dirigíamos a casa, no pudimos evitar sonreír por el secreto travieso que compartimos.Pero, a medida que nos separamos, sabíamos que esto era solo el comienzo de nuestras prohibidas aventuras.