Después de un día pesado en el trabajo, caminé en mi santuario, anhelando algo de tiempo a solas.Al caer sobre la cama, se materializó ante mí una visión tentadora - una belleza juvenil, aplomada y ansiosa, con un brillo pícaro en sus ojos.No es mi hermana, que lo mantengamos heterosexual.Ella es una zorra de 18 años, pequeña, inocente y rebosante de deseo.Ha estado esperando este momento, y está lista para entregar una actuación que me dejará sin aliento.Es una experta en el arte del placer, y hábilmente navega su camino por mi miembro palpitante, su pequeña boca trabajando maravillas.Sus habilidades de garganta profunda son impecables, y no tiene miedo de empujar sus límites.La vista de su arcada y ahogamiento en mi hombría es suficiente para volver salvaje a cualquier hombre.A medida que ella alcanza su clímax, acepta ansiosamente mi liberación caliente, convirtiéndose en su cara en un lienzo para mi satisfacción.Esto es una sorpresa que siempre voy a apreciar.