Una jovencita, su atractivo juvenil innegable, se encuentra en los confines de una trastienda de una tienda, atrapada en el acto de robar en una tienda.El agente de prevención de pérdidas en las tiendas, figura dominante en negro, la confronta.La situación se intensifica a medida que deja ver sus intenciones, exigiendo algo más que una simple advertencia.La jovencita, con los ojos llenos de lágrimas, se siente acorralada e impotente.A medida que la escena se va desarrollando, sucumbe a sus demandas, demostrando sus habilidades orales con un fervor que sugiere que ha estado anhelando esto.El agente, su dominio absoluto, la guía en cada movimiento, su mano en su cabello, su aliento en su piel.La habitación hace eco con sus respiraciones, el único sonido que rompe el silencio.Este es un cuento de poder, control y los instintos crudos y primarios que nos impulsan.Es un vislumbre en el mundo oculto detrás de las escenas, donde las reglas son diferentes y los deseos son tácitos.